No nos engañemos, todos solemos hacer más o menos lo mismo en según que situaciones. Los patrones de conducta son limitados. La gente corriente no va por la vida haciendo nuevos patrones de conducta, eso es muy cansado. Si te crees original por tu forma de ser estás perdido ya que absolutamente todo el mundo tiene en alguna parte a alguien que piensa igual que él y que actuaría de la misma forma en esa misma situación, no obstante, dicen que todos tenemos un doble en alguna parte.
Sólo puedes sobresalir, colocarte de manera directa y constante en una posición extrema de la campana de Gauss que representa la personalidad, alejarte de la media convirtiendote en el raro de la manada o sobrexponer tus defectos o virtudes hasta convertirte en un histrión de ti mismo. Esa es la única forma de que la masa borreguil de Nietzsche te considere un ser original y singular.
Una vez conseguido, has de mantenerte, has de intentar por todo los medios adoptar esa personalidad tanto tiempo como te sea posible hasta que te la creas, que la hagas tuya irremediablemente y por fin sólo puedas pensar que tú siempre has sido así, que nunca tu yo más interno recuerde cuando tú eras parte de esa masa borreguil porque entonces todo se habrá ido al traste. Nadie confiará en ti. Se verá tu defecto y la masa borreguil adivinará que sólo eres un cordero más disfrazado de buey, o de lobo, y todo tu empeño se verá recompensado con una sola palabra: mentiroso.
Así que si has llegado hasta ese punto en el que se debe confirmar tu originalidad nunca te justifiques sin sentido, nunca recules ante ataques y sobretodo no te avergüences de lo que has conseguido ser, mira siempre a los ojos y con firmeza.
Sólo eres el extremo de una gráfica.